¿QUERIAS MANZANAS? TOMA DOS EN UNA
Nada de Photoshop ni pintura de pared. Esto que vemos aquí es una manzana, tal vez la fruta más común de todas y de las más populares en centros de mesa. No obstante su popularidad, esta tiene la particularidad de estar perfectamente dividida en dos, siendo un ejemplar rarísimo con frecuencia de uno en un millón.
Esta misma que apreciamos en la fotografía fue cosechada por Ken Morrish, de 72 años y residente de Colaton Raleigh, Devon, Inglaterra, quien encontró este curioso espécimen en uno de los árboles de su jardín, colgando allí para convertirse en objeto de atención de varios curiosos que decidieron tomarle fotografías.
“Mis ojos no podían creerlo. La división roja y verde a lo largo del fruto es totalmente perfecto, como si lo hubiera pintado”, dijo un incrédulo Morrish, que cultiva manzanas desde hace 45 años.
Esta coloración ocurre una vez en un millón, y se produce como resultado de una extraña mutación que consiste en la división anormal de las primeras dos células del fruto. Así, el resultado produce un fruto con estos colores, que del lado rojo es más dulce que del verde, ya que este color absorbe más luz solar.
ADN FALSO Y MEDICINA FORENSE CUESTIONADA
La técnica por excelencia de todas las utilizadas por la medicina forense es la de identificación por ADN. A través de ella los investigadores pueden estudiar escenas de crimen hasta recolectar muestras genéticas del asesino, estudiar su ADN y correlacionarlo con el acervo de identidades nacional, para así proceder a condenarlo a prisión.
Hasta ahora, seguridad para la criminología y profesionalismo para los técnicos especializados. La maquinaria, sin embargo, se rompe con la intromisión de un equipo de investigadores israelíes, quienes han realizado un experimento a través del cual ha sido posible falsificar muestras de ADN, lo cual ha puesto en tela de juicio la famosa técnica utilizada para identificar criminales.
Para ello, un equipo dirigido por Dan Frumkin ha publicado su estudio en la revista Forensic Science International: Genetics, en la que fabricó muestras de sangre y saliva conteniendo ADN de una persona que no fue el donante original, obteniendo como resultado la eliminación de los rastros que podrían guiar a la identificación del mismo, y sustituyéndolas por ADN de otra identidad.
De esta manera, como dice Frumkin, es posible ‘construir una escena del crímen’, falsificando muestras y engañando a la justicia para que acusen a otro. ¿Lo peor? El experimento ha sido tan sencillo de realizar que los investigadores advierten que cualquier persona no-bióloga puede realizarlo sin problemas.
Aunque también se ha descubierto como diferenciar el ADN natural del artificial, la diferencia es que en el ADN natural algunos lugares están metilados y otros no, mientras que en el artificial todos están metilados.
NUESTRAS MEMORIAS PODRIAN ALMACENARSE EN EL ADN
Todos tenemos recuerdos puntuales que añoramos con mucho afecto y felicidad, pequeños trozos de nuestra vida que han significado mucho para todo lo que aconteció después de ellos y que nos hacen las personas que somos hoy. ¿Pero por qué los recordamos década tras década?
Sí, claro, porque son importantes. Pero si lo vemos desde una perspectiva neurológica las cosas dejan de tener tanto sentido. Tengamos en cuenta que estos recuerdos se solidifican en nuestra memoria debido a la sinapsis neuronal, y que de esta manera los conservamos. Pero muchas proteínas de nuestro cerebro (incluyendo las que participan en la sinapsis) se reemplazan constantemente.
Por ello, si las proteínas de nuestros recuerdos son reemplazadas ¿por qué conservamos las memorias específicas sin tener la base para ello? La respuesta parece estar en el ADN.
El proceso que parece ser clave es el proceso de metilación del ADN. En la dinámica de las moléculas de ADN, estas atraviesan el proceso de metilación, en el cual capas de metilo se añaden a sus capas ya existentes. Aquí podría estar la clave de recordar memorias pasadas puntuales.
Científicos de la Universidad de Alabama en Birmingham han experimentado con algunos ratones de laboratorio introduciéndolos en una jaula y dándoles shocks eléctricos. Al sacarlos e intentar meterlos nuevamente en la jaula, los roedores saltaban de pánico, recordando la obviamente horrible sensación del shock.
Pero cuando los inyectaban con una droga para inhibir la metilación, los ratones borraban el shock de su memoria, lo cual también podría ocurrir en humanos.
De esta manera, el ADN podría estar jugando un rol muy importante en nuestra memoria, sedimentando recuerdos en su estructura que perduren en el tiempo gracias a la metilación.
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